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¿Quién no se ha enfrentado en alguna ocasión a pacientes con espigas clavadas en los lugares más extraños e inaccesibles?
Como sabes las espigas, estructuras secas y alargadas de cereales que son comunes durante los períodos de calor, representan uno de los cuerpos extraños más frecuentemente encontrados en la clínica veterinaria de pequeños animales. Su forma espiculada facilita la adherencia a diversas partes del cuerpo de los pacientes, pudiendo provocar desde lesiones cutáneas hasta trastornos más graves como las afecciones pulmonares.
Esta casuística resalta la importancia de mantener a los perros alejados de áreas donde hay plantas con espigas y de estar atentos a los signos de dificultad respiratoria en nuestras mascotas.
Este caso clínico ilustra la complejidad del diagnóstico y el manejo de lesiones pulmonares por espigas en un perro de raza Bretón, macho, de 2 años de edad.
El paciente fue remitido a nuestro centro por una clínica remisora, con un cuadro de decaimiento general y dificultad respiratoria.
En primer lugar, se realizó una analítica sanguínea que no mostró alteraciones significativas, una señal de que la condición del paciente no se reflejaba claramente en los resultados del laboratorio.
Es importante recordar que muchas patologías pulmonares, incluyendo las causadas por espigas, pueden presentar pruebas de laboratorio iniciales normales, lo cual resalta la importancia de una evaluación diagnóstica integral.
A continuación, se efectuó un estudio radiográfico, donde se identificó la presencia de un neumotórax en el hemitórax izquierdo.
Este hallazgo llevó a la colocación de un sistema de drenaje (Pleuracan, Braun) para aliviar la presión producida por el aire acumulado a nivel pleural, permitiendo así reducir la dificultad respiratoria del paciente.
El neumotórax a tensión, provoca la compresión del pulmón contralateral, corazón, vasculatura y otras estructuras torácicas, comprometiendo seriamente la vida del animal.
Seguidamente, en cuando las circunstancias lo permitieron, se realiza una tomografía computarizada (TC) de urgencia para localizar la presunta lesión pulmonar causante de la afección, y que seguramente haya sido el origen del pneumotórax.
El TC reveló dos lesiones relevantes en el lóbulo caudal izquierdo del pulmón, una de ellas perforante, que habían ocasionado un atrapamiento de aire en el espacio pleural.
Ante estos hallazgos, se decidió intervenir al paciente de urgencia mediante una toracotomía lateral con el objetivo de realizar una lobectomía del lóbulo lesionado.
Durante la cirugía, se encontró una perforación pulmonar causada por un cuerpo extraño vegetal (espiga) que estaba alojada en el pilar diafragmático izquierdo. También se observó otra lesión en el parénquima pulmonar causada por otra espiga a punto de causar otra perforación, hallazgos que fueron compatibles con los observados en la TC.
Posterior a la cirugía, el paciente se recuperó con normalidad, demostrando la eficacia de la intervención y la resiliencia de nuestros pacientes caninos.
Los controles radiográficos de seguimiento permitieron la retirada del drenaje torácico colocado durante la cirugía y, finalmente, el alta del paciente a las 48 horas de la intervención.
Este caso ilustra la importancia de la sospecha clínica y el enfoque diagnóstico multimodal en la detección de cuerpos extraños vegetales en el sistema respiratorio de perros.
Las espigas, aunque pueden parecer inofensivas, pueden causar lesiones severas y poner en riesgo la vida de nuestros pacientes. Por lo tanto, su identificación temprana y la intervención quirúrgica oportuna son fundamentales para garantizar el bienestar y la supervivencia de nuestros pacientes caninos.
Es necesario resaltar la importancia de los procedimientos de diagnóstico avanzados y precisos como la tomografía computarizada (TC) en la detección y el manejo de las lesiones pulmonares causadas por espigas. En este caso, la TC desempeñó un papel crucial en la identificación de las lesiones en el lóbulo caudal izquierdo del pulmón, permitiendo así un plan quirúrgico efectivo y preciso. Aunque las radiografías pueden proporcionar información útil, la TC ofrece una mayor resolución y permite visualizar en detalle la extensión de las lesiones pulmonares, lo que es esencial para un tratamiento eficaz.
Además, la habilidad y experiencia del cirujano también fueron factores decisivos para el resultado exitoso de este caso. La realización de una toracotomía lateral para llevar a cabo una lobectomía del lóbulo lesionado requiere un alto nivel de habilidad quirúrgica. En este caso, la identificación y extracción de las espigas que causaron las lesiones pulmonares, así como la ejecución exitosa de la lobectomía, fueron cruciales para la recuperación del paciente.
Es de vital importancia señalar que los dueños de mascotas deben ser conscientes de los signos y síntomas asociados con la inhalación o ingestión de cuerpos extraños vegetales. Los signos pueden variar dependiendo del lugar de alojamiento de la espiga. En el caso de los pulmones, los síntomas pueden incluir tos, dificultad para respirar, decaimiento y, en algunos casos, signos de neumotórax.
La detección temprana de estos signos y la consulta inmediata con un veterinario pueden mejorar significativamente el pronóstico.
Este caso también pone de manifiesto el papel de la vigilancia postoperatoria en la recuperación del paciente. A pesar de la intervención quirúrgica exitosa, el seguimiento postoperatorio, que incluye controles radiográficos y la gestión del drenaje torácico, es fundamental para garantizar una recuperación completa.